Conocimiento experto y una valiosa investigación y desarrollo avalan el gran trabajo de EcoMetales en su proceso de tratamiento sustentable de residuos mineros y el abatimiento del arsénico, entre otros avances.
Esto además se ve reflejado en las Patentes de invención que ECL ha obtenido en su trayectoria, tanto en Chile como en el extranjero, siendo una Patente un derecho exclusivo que concede el Estado para la protección de una invención y que permite utilizar y explotar su invención e impedir que terceros la utilicen sin su consentimiento.
“Cuando uno tiene un proceso novedoso, que posee características de inventiva y que no ha sido estudiado antes, se busca protegerlo a través de una Patente, que permite además la explotación de una tecnología durante 20 años en un territorio determinado”, explica Ricardo Pezoa, Jefe de Validación Tecnológica de EcoMetales.
Patentes en Chile y el Mundo
ECL posee 11 patentes relacionadas con 4 diferentes tecnologías. Las primeras fueron las relacionadas al proceso de abatimiento del arsénico y la del proceso de abatimiento de polvos de fundición, patentados sólo en Chile. Después se presentó la del abatimiento del Molibdeno en Chile, Perú, México, Canadá, Estados Unidos y China.
Actualmente se encuentra en proceso de obtención de Patente la “Ecorodita 2.0 (México, Estados Unidos y China) que permitirá mejorar la oxidación del arsénico y reducir el volumen del residuo arsenical que se generó en el proceso.
“Estas patentes están directamente relacionadas al negocio de EcoMetales: recuperar valor y estabilizar residuos peligrosos presentes en los efluentes mineros. Nos abren oportunidades y acreditan el trabajo que realizamos en el área de Desarrollo y Negocios y de nuestros laboratorios y la Planta Piloto que es donde realizamos todas los análisis, investigación y validaciones”, precisa Ricardo Pezoa.
El proceso de obtener una patente demora en promedio 5 años, en Chile se realiza a través del Instituto Nacional de Propiedad Industrial -INAPI- . Las patentes también son reconocidas como un “activo intangible” para las empresas, generando valor económico ese conocimiento aplicado y reflejado en una patente.