Santiago, 26 de abril. “No porque hayamos sido exitosos en el pasado lo vamos a ser en el futuro”, indicó, agregando que ante un contexto complejo que cambia aceleradamente de un modo difícil de predecir, ninguna industria puede seguir haciendo más de lo mismo sin poner en riesgo su sustentabilidad.
Para Valenzuela, la minería es un sector conservador cuyo devenir ha estado marcado por el falso dogma de que avanzar en la cadena de procesamiento de los minerales para agregar valor, no es rentable. Una consecuencia directa del planteamiento, ha sido la pérdida de valor de los bienes y capacidad operativa y de generación de conocimiento del negocio de fundición y de la metalurgia en general.
Actualmente Chile produce en torno a los 6 millones de toneladas de cobre fino de las cuales cerca del 43% son concentrados, proporción que subiría en la próxima década a casi el 70%. Lo anterior significa exportar más de 12,5 millones de toneladas anuales sin procesar que incluyen, por una parte, elementos de valor que otros aprovechan, pero también impurezas que son penalizadas por el mercado y las comunidades.
Estar cerca del cliente, conocer y satisfacer sus necesidades, es una de las claves de la competitividad de las industrias. Entre esas necesidades se incluye también el cuidado del medioambiente y la trazabilidad de los productos. Para Valenzuela, focalizar la minería en la producción de concentrados empobrece a la industria y la aleja de esta nueva mirada, generando flancos riesgosos como la sustitución de la minería primaria por una oferta 100% proveniente del reciclaje.
En este escenario, resulta crítico y estratégico darle un rol a la industria de fundición y refinería. Se reconoce que se requiere un mejoramiento y puesta al día en materia tecnológica y dar pleno cumplimiento a los estándares ambientales, pero la decisión más relevante “no es una decisión técnica, sino que una decisión política”, sostuvo Valenzuela.
Por último, el ejecutivo de EcoMetales abogó por que el país mantenga la participación de mercado en la producción de cobre metálico, lo que en la práctica implica ampliar la capacidad de fusión.
Panelistas
Jaime Pérez de Arce, Vicepresidente de ENAMI, señaló que el proyecto de inversión en Paipote colabora con la meta de ampliar capacidades. El ejecutivo planteó además que la industria debería avanzar hacia un modelo de negocio de polimetales. “Actualmente le pagamos a los pequeños mineros solo el cobre, el oro y la plata contenidos en los concentrados. Un modelo de recuperación más amplio nos beneficia a todos”, explicó.
“Sería un error de Chile ceder su capacidad de fundición a otros países”, comentó Gustavo Lagos del Centro de Minería de la PUC, quien además propuso la creación de una empresa pública que se hiciera cargo de la capacidad de fundición y de otros activos de refinación que amenazan en quedar obsoletos (planteas de SX-EW).
Por su parte, José Robles, Vicepresidentes de productividad y costos de Codelco apeló a la necesidad de contar con una política pública minera más decidida para las fundiciones.
De izq. a der.: Pedro Reyes, moderador; José Robles, Codelco; Iván Valenzuela; EcoMetales; Jaime Pérez de arce, Enami y Gustavo Lagos. UC.
Iván Valenzuela.